No han sido buenos días para la tropa periodística progubernamental. Algunos de los últimos testigos que han declarado dentro del proceso de Álvaro García Ortiz han señalado directamente la cuestionable actitud del Fiscal General del Estado, el cual, entre otras cosas, 'hizo llegar' a la prensa en diciembre que existe un protocolo de seguridad dentro de la institución para borrar los mensajes de su teléfono móvil de forma periódica, pero parece ser que era falso, tal y como ha transmitido en su declaración en el Tribunal Supremo su compañero, el también fiscal Julián Salto.

Esta revelación ha tenido que resultar dolorosa para la brigada anti-bulos. Me refiero a esa parte del sector mediático que ha asumido como cierta la teoría de la conspiración sostenida por el Ejecutivo, que transmite que existe una comandita entre la prensa, los jueces, la oposición y los poderes ocultos del Estado para boicotear el Gobierno del progreso a través de falacias en medios, denuncias falsas basadas en recortes de prensa y tribunales que responden a intereses espurios.

Eso les ha servido para difundir la idea de que existe una prensa que se equivoca -la progubernamental- y otra que miente a sabiendas. De ahí que ahora que su descrédito parece cada día más evidente por haber servido de correa de transmisión de (presuntas) trolas, merezca la pena realizar un vídeo de apoyo a todos ellos.